El Ego, el Obstáculo Oculto en el Camino del Líder
En la trayectoria profesional y personal, a menudo buscamos estrategias para potenciar nuestra ambición, consolidar el éxito y desarrollar resiliencia ante el fracaso. Sin embargo, existe un adversario interno, un “enemigo” silencioso que puede sabotear estos esfuerzos: el ego. Ryan Holiday, un estratega de marketing y escritor que se apoya en el estoicismo, aborda profundamente este concepto en su libro “El Ego Es El Enemigo”.
Ryan Holiday, nacido en 1987, es conocido por su trabajo con figuras como Tim Ferriss y Tony Robbins, y fue aprendiz de Robert Greene. Holiday presenta el ego no solo desde una perspectiva psicológica tradicional, sino como una “creencia malsana de nuestra propia importancia” que puede manifestarse tanto por exceso (creerse mucho) como por defecto (creerse muy poca cosa). Para Holiday, el ego es un obstáculo recurrente en las tres fases principales de la vida que él describe en su libro: la Ambición, el Éxito y el Fracaso.
El Ego en la Ambición
La primera parte del libro se enfoca en la ambición. En esta etapa inicial, cuando se aspira a algo, se inicia un proyecto o se busca un nuevo comienzo, el ego puede manifestarse de diversas formas perjudiciales. El autor sugiere que una de las razones por las que podríamos no alcanzar nuestras metas es precisamente el ego.
Temas como el peligro de “Hablar, hablar, hablar” son cruciales en esta sección. Se ha observado que, a veces, creemos que hablar mucho nos hace parecer más inteligentes, pero Holiday, apoyado en ejemplos históricos, sugiere que las personas calladas y que escuchan a menudo tienen más que aportar que quienes hablan demasiado. El silencio puede ser el descanso de la gente fuerte y segura de sí misma. Además, “Hablar y hacer son dos actividades que compiten por los mismos recursos”, implicando que la energía gastada en fanfarronear o justificar nuestras acciones podría usarse mejor en la ejecución. Como se mencionó en las discusiones, “los hechos son mejores que los sueños”, enfatizando la necesidad de aterrizar nuestras aspiraciones con acciones concretas.
Otro capítulo importante es “Convertirse en estudiante”. En la etapa de ambición, ser un estudiante implica humildad y reconocer que siempre hay alguien que sabe más. Esto nos obliga a estar ávidos de aprender de los demás y nos mantiene en una posición de humildad que ayuda a controlar el ego. Reconocer que no se las sabe todas es una derrota para el ego y buscar a alguien que sí sabe es otra. La frase “Todo hombre que conozco es de alguna manera mi Superior, y así puedo aprender de él” resume esta actitud. “Un estudiante de verdad también es su propio profesor y su propio crítico”. “Pretender que sabemos es nuestro vicio más peligroso porque nos impide mejorar”.
Relacionado con ser estudiante, se encuentra la estrategia del “Lienzo en blanco”. Esta metáfora sugiere ser receptivo a absorber conocimiento y experiencia de otros, permitiendo que “pinten” en nosotros. Las empresas pueden ser grandes espacios para aprender antes de emprender. Esta estrategia se opone a la creencia de que uno ya lo sabe todo, una trampa común que el ego tiende, especialmente en las nuevas generaciones que a veces llegan con altos “pergaminos” pero sin la disposición a absorber nuevos aprendizajes desde la base. En cualquier empresa, es una realidad fundamental que uno “no es tan bueno ni tan importante como cree que es” y que “la mayoría de las cosas que creemos saber… están desactualizadas o equivocadas”.
Otros capítulos como “No ser apasionado” y “Seguir la estrategia del lienzo” (que algunos discuten, ya que otras filosofías valoran la pasión), “Contenerse,” “Olvidarse de sí mismo,” y “El peligro del orgullo temprano” complementan esta sección, todos apuntando a la importancia de la humildad y la disciplina al iniciar un camino
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El Ego en el Éxito
La segunda parte del libro explora cómo el ego actúa cuando hemos alcanzado el éxito
. Es un momento peligroso, pues la adulación y el reconocimiento pueden inflar el ego, haciendo creer a la persona que es especial o infalible. Ryan Holiday desarrolla este tema en nueve capítulos
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“Mantener siempre la condición de estudiante” es clave aquí
. A diferencia de “Convertirse en estudiante” en la ambición, en el éxito se trata de no dejar de aprender eso que nos llevó a la cima. La humildad sigue siendo fundamental. El autor utiliza ejemplos como el de Howard Hughes, un magnate que, a pesar de su éxito heredado e innovaciones en aviación y cine, acabó arruinando sus empresas y viviendo una vida infeliz, producto de no tener esa humildad. “A medida que crece nuestra isla de conocimiento, también aumentan las playas de nuestra ignorancia”. “No es suficiente solo con querer aprender… también debe entender Cómo aprende y luego establecer procesos para facilitar la educación continua”, de lo contrario, nos condenamos a una “ignorancia impuesta por nosotros mismos”. “Si ya no está aprendiendo, es porque se está muriendo”
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Otro capítulo relevante es “No inventarse cuentos”
. Es “muy peligroso creer en las palabras de la gente cuando dice que somos genios, y es todavía más peligroso permitirse que la arrogancia nos diga que lo somos”. Las etiquetas de éxito pueden alejarnos de la realidad y de la estrategia que realmente lleva al éxito (el trabajo, la creatividad, la persistencia y la suerte). El autor ejemplifica con la historia de un entrenador de fútbol americano que, a pesar de las victorias, se mantuvo enfocado en los detalles sencillos, entendiendo que los resultados mejoran por sí solos si los jugadores cumplen con ellos.
Otros capítulos como “¿Qué es lo más importante para usted?”, “Privilegios, control y paranoia”, “Saber portarse” (ejemplificado con John DeLorean, cuyo ego y mal comportamiento arruinaron su prometedora empresa automotriz), “Cuidado con la enfermedad del yo”, “Meditar sobre la inmensidad”, “Mantener la sobriedad” y “Para lo que suele venir después, el ego es el enemigo” invitan a poner los pies en la tierra, recordar que el éxito no es solo esfuerzo propio, considerar el factor suerte y evitar que la adulación descontrole el ego, especialmente porque en la cima “las apuestas son mucho más altas y los márgenes de error mucho más pequeños”. Saber portarse implica entender que al ascender en liderazgo, se pasa menos tiempo haciendo cosas y más tomando decisiones; no querer “tragarse el sapo” y quedarse en las “minucias” puede ser una trampa del ego que impide ocuparse del panorama general.
El Ego en el Fracaso
La tercera parte se centra en el fracaso. En esta etapa, el ego puede llevarnos a darnos demasiado duro, pensar que es el fin del mundo o culparnos excesivamente, impidiendo que nos levantemos. La invitación es a ser resilientes.
Un capítulo poderoso es “¿Tiempo vivo o tiempo muerto?”. Ante el fracaso, podemos elegir un “tiempo vivo”, de crecimiento y aprendizaje, o un “tiempo muerto”, de estancamiento. El ejemplo de Malcolm X, quien aprovechó su tiempo en prisión para educarse intensamente y salir transformado en un líder, ilustra el “tiempo vivo”
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Otros capítulos como “Que el esfuerzo sea suficiente”, “Momentos de ‘El club de la pelea'”, “Poner límites”, “Llevar su propio puntaje”, “Amar siempre” y “Para todo lo que sigue, el ego es enemigo” guían al lector en cómo navegar la adversidad. Responder a las injusticias o al dolor del pasado con “amor” (entendido como paz interior y superación, no necesariamente afecto hacia el agresor) es una lección contra la obsesión del ego con el pasado.
El libro invita constantemente a la reflexión, a la autocrítica y a la búsqueda de la humildad y la disciplina como antídotos contra las trampas del ego. Aunque el título pueda sugerir la eliminación total del ego, en las discusiones se ha matizado que el ego, en equilibrio, también tiene su lado necesario para la ambición, la resiliencia y la defensa. La clave está en la conciencia y la esencia, en decidir desde dónde actuamos, logrando un equilibrio y reconociendo que “el ser humano lo tiene todo, tiene lo malo y lo bueno dentro de sí, es la lucha de la conciencia la que hace que tú logres también ser una buena persona”. Como se ha destacado, lo más exitoso que una persona puede tener en la vida es ser un “buen ser humano” o “buen ciudadano”, algo que rara vez ocurre al revés (ser mejor profesional no siempre te hace mejor persona).
En conclusión, “El Ego Es El Enemigo” ofrece bofetadas de realidad y poderosos recordatorios de que el ego, si no se gestiona, puede ser el mayor impedimento para el crecimiento sostenible y un liderazgo efectivo. Nos reta a mantenernos como estudiantes permanentes, a ser benévolos en el éxito y resilientes en el fracaso, siempre con la humildad y la disciplina como guías.
Para profundizar en estos conceptos de liderazgo, mejora continua e inteligencia emocional, le invitamos a leer los artículos y ver los videos disponibles en nuestra página www.elprofesorgranadillo.com.
Artículo cocreado con NotebookLM a partir de la información del canal de YouTube de El Profesor Granadillo.