Perseverancia: La Fuerza Detrás del Imperio McDonald’s según ‘El Fundador’ y El Profesor Granadillo
El mundo del liderazgo y el emprendimiento está repleto de historias de éxito, pero pocas son tan fascinantes y reveladoras como la génesis del imperio McDonald’s. La película “El Fundador” (conocida en algunas plataformas como “Hambre de Poder”) nos sumerge en este relato, y se convierte en una verdadera clase de liderazgo de visión y perseverancia que dura dos horas. Pero más allá de la trama cinematográfica, la historia de Ray Kroc y los hermanos McDonald nos ofrece elementos inspiradores y motivadores que, analizados a fondo, nos muestran el poder transformador de la perseverancia.
La historia, basada en hechos reales, se articula a través de cuatro momentos clave. Todo comienza cuando Ray Kroc, un vendedor de batidoras cincuentón con una larga lista de intentos fallidos de emprendimiento, conoce a los hermanos Richard y Maurice McDonald. Los hermanos se habían convertido en un libro abierto, dispuestos a compartir cómo se les ocurrió su revolucionaria idea de negocio y sus estrategias. Ellos se concentraron en optimizar la operación: identificaron que hamburguesas, papas fritas y gaseosas representaban el 90% de sus ventas, eliminaron meseros para adoptar el autoservicio, sustituyeron vajillas por desechables y, sobre todo, revolucionaron la cocina, reduciendo el tiempo de espera de 30 minutos a solo 30 segundos. Fueron pioneros en el concepto de “Fast Food” y aplicaron principios de logística, copiándose un poco de Henry Ford. Tenemos que tener en cuenta que estamos en los años 50, y muchos de estos conceptos que hoy son comunes para nosotros, en aquel momento eran pura innovación.
El segundo momento crucial llega cuando los hermanos, inicialmente renuentes por malas experiencias pasadas con franquicias (habían perdido el control y los altos estándares de calidad), autorizan a Ray Kroc a ser su primer franquiciado. A pesar de un “no” inicial y la resistencia de los hermanos, Ray insistió una y otra vez, una y otra vez, visitándolos. Utilizó un argumento poderoso: “he visitado todos los Estados Unidos y podemos encontrar que siempre hay una iglesia con una cruz, siempre hay una corte con una bandera, pero además de esto debería haber un restaurante McDonald’s con esos arcos dorados”. Remató con una frase a la que era difícil negarse: “no lo hagan por ustedes, no lo harán por mí, háganlo por su país”. Esta persistencia fue clave.
A partir de la concesión de la franquicia, Ray Kroc abrió su propio restaurante y comenzó a buscar inversores para expandirse. Llegó a tener 20 franquiciados. Es en este momento cuando Ray conoce a Harry Sonnenborn, quien le revela una verdad fundamental: “el negocio tuyo no es la venta de hamburguesas, el negocio tuyo son los bienes raíces”. Este fue el punto de quiebre. Ray Kroc, a través de su empresa, comenzó a comprar los terrenos donde se construirían los restaurantes, arrendándoselos luego a los franquiciados. Esto generó dos fuentes de ingresos: el porcentaje sobre las ventas y el canon de arriendo mensual. Además, cada propiedad adquirida aumentaba el valor de los activos de su empresa, dándole mayor robustez a la misma. Mientras los ingresos de los hermanos subían de forma lineal, los ingresos de Ray crecían de manera exponencial.
El cuarto y último momento importante es cuando Ray Kroc propone a los hermanos comprarles la empresa y el nombre. La oferta fue de 2.7 millones de dólares, una cantidad importante en la época, pero insignificante comparada con el tamaño actual de McDonald’s. Ray Kroc finalmente se hace con el control total y la propiedad de la empresa.
Es en este recorrido donde la perseverancia de Ray Kroc brilla con luz propia y nos ofrece las lecciones más valiosas. El Profesor Granadillo subraya varios puntos clave:
- La edad y los intentos fallidos: La película muestra a Ray Kroc a sus 52 años, con más de 20 intentos de emprendimiento a sus espaldas, objeto de burla de sus amigos. Sin embargo, siempre fue persistente y sabía que su momento le iba a llegar. Esto contrasta con muchas personas que, tras una o dos caídas, inmediatamente… tiran la toalla. Ray Kroc, con 52 años y tras más de 20 intentos, siguió intentándolo y logró crear una de las empresas más grandes del mundo.
- La perseverancia reemplaza al talento o la genialidad: Los hermanos McDonald fueron los creadores del negocio, se inventaron el restaurante, toda una serie de estrategias de mercadeo y logística. Sin embargo, fue Ray Kroc quien, con su perseverancia, llevó la empresa al crecimiento masivo, logrando una facturación de más de 700 millones de dólares al año (según los datos presentados). La perseverancia reemplaza muchas veces al talento y a la genialidad.
- Superar el “no” y el fracaso ajeno: Los hermanos McDonald intentaron en cuatro ocasiones expandirse a través del modelo de franquicia obteniendo malos resultados y, como dice el profesor, tiraron la toalla. Ray Kroc, a pesar de recibir un “no” inicial, perseveró y logró el crecimiento que convierte a McDonald’s en un modelo para muchas empresas hoy en día.
- La perseverancia puede reemplazar a la educación: La historia está llena de personas muy bien preparadas académicamente que no tienen nada que mostrar. El Profesor Granadillo hace una salvedad, aclarando que no está en contra de la formación académica, cree en ella, pero destaca que la educación debe ser un fin que sirva para algo, que sirva para crear cosas. En este caso, la perseverancia reemplaza a la educación, pues fue esta cualidad la que llevó a Ray Kroc a crear una empresa de tal magnitud que hoy tiene presencia en más de 100 países y existe un índice económico mundial, el índice Big Mac, que usa su producto más representativo para comparar el poder adquisitivo.
En definitiva, la historia de McDonald’s a través de la mirada de “El Fundador”, es un testimonio impactante del poder imparable de la perseverancia. Nos enseña que la edad, los intentos fallidos, el talento e incluso la educación (si no se acompaña de acción) pueden ser superados por una voluntad inquebrantable de seguir adelante a pesar de las adversidades. Ray Kroc, con su visión y, sobre todo, su extraordinaria perseverancia, transformó la brillante idea de unos hermanos innovadores en un fenómeno global. Su historia nos motiva a no tirar la toalla y a recordar que, a veces, la persistencia es el ingrediente secreto del éxito.
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